El sistema biliar es una red de conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado, permitiendo la digestión de las grasas. Cuando estos conductos se dañan o se estrechan, pueden aparecer problemas de salud que requieren un abordaje especializado. Hoy en día, gracias a los avances en cirugía y diagnóstico, muchas de estas afecciones pueden tratarse de forma eficaz, mejorando notablemente la calidad de vida de los pacientes.
¿Qué son las lesiones biliares y la estenosis de la vía biliar?
Las lesiones biliares ocurren cuando los conductos que transportan la bilis se ven dañados. Esto puede suceder como consecuencia de una cirugía abdominal —especialmente después de una colecistectomía (extirpación de la vesícula biliar)—, de traumatismos o de procesos inflamatorios como la colangitis.
La estenosis de la vía biliar consiste en el estrechamiento de estos conductos. Este problema puede ser consecuencia de una lesión previa, inflamaciones crónicas o tumores que comprimen la vía biliar.
Ambas situaciones afectan el flujo normal de bilis, lo que puede provocar complicaciones importantes si no se tratan a tiempo.
Síntomas más frecuentes
En muchos casos, los síntomas aparecen de manera progresiva. Los signos más comunes incluyen:
- Ictericia (color amarillento de la piel y los ojos)
- Picor intenso en la piel
- Dolor abdominal, especialmente en la parte superior derecha
- Orina de color oscuro
- Heces de color claro
- Náuseas, vómitos y malestar general
Estos síntomas indican que el flujo de bilis está obstruido y requieren una evaluación médica especializada.
Causas más habituales
Entre las principales causas destacan:
- Cirugías de vesícula biliar, especialmente si existía inflamación severa.
- Procedimientos endoscópicos como la CPRE.
- Infecciones de las vías biliares.
- Enfermedades inflamatorias como la colangitis esclerosante primaria.
- Traumatismos abdominales.
Diagnóstico
El diagnóstico combina la evaluación clínica con técnicas de imagen avanzadas. Entre ellas:
- Ecografía abdominal
- Resonancia magnética con colangiografía (RMN)
- Tomografía computarizada (TC)
- Colangiografía retrógrada endoscópica (CPRE)
- Colangiografía transhepática percutánea
Estas pruebas permiten localizar la obstrucción, valorar su extensión y planificar el tratamiento.
Tratamiento quirúrgico de las lesiones biliares y de la estenosis
En muchos casos, la cirugía ofrece la mejor solución para restaurar el flujo biliar de manera definitiva.
Hepático-yeyunostomía
Consiste en conectar el hígado directamente al intestino delgado (yeyuno), derivando así la bilis. Es una de las técnicas más utilizadas en lesiones biliares graves.
Reconstrucción de la vía biliar
Cuando es posible, se realiza una reparación directa del conducto dañado, o se utilizan injertos para restaurar su continuidad.
Alternativas mínimamente invasivas
En estenosis leves, se puede intentar la colocación de prótesis o dilataciones mediante balón. Aunque estas técnicas son efectivas, a menudo se consideran soluciones temporales o paliativas.
Recuperación tras la cirugía de la vía biliar
La recuperación depende de múltiples factores, pero en general:
- La estancia hospitalaria suele ser de 5 a 10 días.
- Se realizan controles analíticos para monitorizar la función hepática.
- La dieta suele ser baja en grasas en las primeras semanas.
- La actividad física intensa debe evitarse durante 6 a 8 semanas.
Un seguimiento adecuado permite detectar a tiempo cualquier complicación y asegurar una recuperación satisfactoria.
La importancia de un equipo especializado
El tratamiento de lesiones biliares y estenosis de la vía biliar debe ser realizado por equipos expertos en cirugía hepatobiliar. Una actuación precisa y personalizada permite minimizar riesgos, optimizar resultados y ofrecer al paciente una mejor calidad de vida a largo plazo.
La experiencia del cirujano, combinada con un enfoque integral, marca la diferencia en la recuperación y el bienestar del paciente.