La cirugía oncológica avanza a pasos agigantados gracias a la incorporación de tecnologías que mejoran la precisión. Una de las más prometedoras es la fluorescencia intraoperatoria, una herramienta que permite al cirujano “ver” el cáncer en tiempo real.
En este artículo, explicamos cómo funciona, qué ventajas tiene en la cirugía hepática y pancreática, y por qué puede marcar la diferencia en el tratamiento del cáncer.
¿Qué es la cirugía guiada por fluorescencia?
La técnica consiste en administrar al paciente un agente fluorescente, como la indocianina verde (ICG), que se acumula en ciertos tejidos —como los tumores hepáticos o los ganglios linfáticos afectados—.
Durante la operación, el cirujano utiliza una cámara especial que capta la luz infrarroja, haciendo que el tumor o la zona diana “brille” en un monitor, aunque a simple vista no se vea.
Aplicación en cirugía hepática y pancreática
Esta tecnología es especialmente útil en:
- Localización de pequeños tumores hepáticos, difíciles de detectar con el ojo desnudo.
- Diferenciación entre tejido sano y tumoral en casos de metástasis.
- Identificación de conductos biliares durante colecistectomías complejas.
- Verificación de la perfusión (riego sanguíneo) en tejidos antes de cerrar la intervención.
Ventajas de esta técnica
- Mayor precisión quirúrgica. Se extirpa solo lo necesario, preservando tejido sano.
- Reducción del riesgo de recidiva.
- Disminución de complicaciones, al identificar estructuras vasculares y biliares.
- Mejor planificación intraoperatoria.
¿Es segura la fluorescencia?
Sí. La indocianina verde es un colorante aprobado por organismos como la FDA y la EMA, con un perfil de seguridad alto. No es radiactiva, y los efectos adversos son extremadamente raros.
Futuro prometedor
La fluorescencia intraoperatoria es solo un paso hacia la llamada “cirugía aumentada”, donde realidad aumentada, inteligencia artificial y técnicas de navegación permitirán intervenciones más personalizadas, precisas y seguras.
